
“Tenemos que tener una legislación moderna y acorde al desafío del cambio climático y en este caso enfrentar el origen y las consecuencias de los incendios forestales. No puede haber una norma general, tiene que haber un distingo. Efectivamente, se sabe que la mayoría de los incendios forestales son intencionales, unos por maldad, otros por acciones violentistas, pero también de intereses de algunos privados por beneficiarse por el uso de suelo. Al quemar, ellos no están obligados a compensar la pérdida de vegetación nativa. Eso ocurre, ha ocurrido y no tiene ni una sanción contra aquellos propietarios inescrupulosos que provocan estos incendios que generan consecuencias fatales para la vida humana, vegetación y fauna. Frente a predios que son altamente combustibles el privado debe tener planes de control y mitigación de incendios validados anualmente por la autoridad del ramo, lo que se llama Gestión del Riesgo es decir, medidas de prevención, mitigación y protección contra incendios forestales para la reducción del riesgo. No puede existir una norma general, en este caso, cuando parte un incendio en un lugar público, tiene consecuencias sobre un vasto territorio, tenemos que elevar las penas y cambiar los instrumentos para generar mapas de riesgo que nos permita anticiparnos y también avanzar con una política subsidiaria para reforestar con vegetación nativa y eliminar toda especie que sea combustible cómo el pino o el eucalipto. Este proyecto que se empieza a discutir, me parece que va en línea correcta, pero tenemos que darle especificidad y hacer cambios , se modo de contar con una legislación eficaz que aborde todos los efectos de estos incendios y sus consecuencias sobre las personas y el medio ambiente ” afirma el Presidente de la Comisión de Ordenamiento Territorial del Consejo Regional.